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18 Al séptimo día, antes de que el sol se pusiera, los filisteos fueron a decirle a Sansón:

«Nada hay más dulce que la miel,
ni nada más fuerte que el león.»

Sansón les respondió:

«Sólo porque araron con mi ternera,
pudieron dar con la respuesta.»

19 En seguida el espíritu del Señor se apoderó de Sansón; entonces Sansón fue a Ascalón y mató a treinta hombres de aquel lugar, y con la ropa que les quitó pagó la apuesta a los que habían resuelto la adivinanza. Después volvió furioso a casa de su padre, 20 y su mujer fue dada a uno de los amigos de Sansón.

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